¿PENSAMOS EN ROSA?
VAMOS HACIA EL TIEMPO DE LOS ROSADOS
Los rosados, son un tipo de vinos, históricamente injustamente infravalorados. Son muchas las personas que tienden a asociar el rosado con un vino peleón, dulzón e incluso anticuado. Y en cierta medida es una fama que los rosados se han ganado a pulso, debido a la gran cantidad de vinos rosados de mala calidad que circulan por ahí.
En cualquier caso hay pocas cosas tan gratificantes como una buena copa de un buen rosado en un caluroso día de verano.
Son vinos delicados que no están concebidos para envejecer. Y quizá sea este el motivo por el que nos encontremos con muchos rosados pasados y con un sabor apagado y plano.
Tres maneras distintas hay para elaborar los rosados:
1.- Estrujando uvas tintas y dejando que los hollejos confieran al mosto todo el color y el sabor durante unas horas antes de iniciar el proceso de fermentación
2.- Separando directamente el mosto de los hollejos, caso de los rosados más ligeros
3.- Mezclando tintos con blancos.
De todos modos, aun cuando se consiga un rosado digno, es esencial tener presente que son muchos los tipos de rosados que se elaboran por ahí. Por dar un dato algo snob: No es lo mismo un delicado rosado del frío valle del Loira con un robusto rosado de Australia.
Y además está el tema azúcar, un aspecto a tener en cuenta.
ASPECTO VISUAL
Puede tener una tonalidad parecida a la del vino blanco con ligeros toques rosáceos hasta un intenso color anaranjado, melocotón o incluso cereza de los tintos ligeros. El otro día atendiendo a esta paleta de colores uno de los mejores chefs de Zaragoza, trasngresor donde los haya, pero que de vinos entiende un rato largo, me comentaba en una cata guiada, tomando una copa con un ligero tono rosa casi transparente: "Esto es a lo que están acostumbrados en el resto del mundo, cuando ven nuestros rosados llenos de color, densos y llenos de potencia, muchos se echan atrás".
TEXTURA
Los rosados más ligeros son finos y límpidos, incluso diluidos, pero los más robustos resultan densos, casi con una riqueza casi de jarabe.
AROMA
Pensemos en bayas y otras frutas de color rojo. Un buen rosado debería tener siempre una deliciosa y refrescante fragancia a frambuesas, cerezas, fresas o arándanos. Algunos poseen un punto más intenso a moras o ciruelas.
SABOR
Los frutos rojos que acabamos de mencionar deberían dejarse notar también a nivel del paladar. Siempre con un refrescante punto ácido. Y lo que le dotará de mayor calidad es un final persistente. Decepcionará si es breve.
En cualquier caso cabe señalar que los hay secos, semisecos y dulces.
MARIDAJE
Un buen rosado se puede tomar sólo, por qué no, sin acompañamiento alguno. Resulta refrescante, sabroso y afrutado, ideal para una tarde calurosa de verano.
No obstante se comporta con mucha versatilidad con la comida. Ensaladas, marisco fresco, pastas con salsas cremosas y con platos ligeramente especiados.