Buenas a comensales y bebensales,
Estaba yo leyendo la revista GASTRO Aragón de estos meses Junio/Julio cuando en la página 32, Fernando Mora, en su artículo Mirar más allá, nos anima entre otras cosas a buscar el vino, nuestro vino para cada ocasión sin caer en tópicos y valorando la pluralidad, el origen y la tierra de cada uno, cuando leo al final de su escrito que nos aconseja descubrir el Samitier Roble 2011.
Hace unas semanas probé este vino de Bodegas Augusta Bilbilis 2011, en una cata donde por mis prejuicios salía como claro perdedor y me explicaré. En el ruedo cuatro vinos, dos mencías que antes de empezar ya se habían ganado al publico por su novedad, presencia y trapío y dos garnachas, un Baltasar Gracián Cepas Viejas de Bodegas San Alejandro de Miedes DOP Calatayud y este Samitier 2011 Roble. Como entendereis, así sin mas, a priori, era caballo perdedor.
La lidia se desarrolló como era de esperar relegando a este Samitier, por desconocido, a un puesto secundario. De entre los que allí nos dimos cita hubo una persona, sobre todas las demás, sin grandes pretensiones, que hizo una defensa a ultranza de este tinto y quiso que este vino diera una última vuelta al ruedo. Cayó simpático y al final fue indultado para darle una segunda oportunidad. Bendita segunda oportunidad. En los vinos no siempre la primera impresión es la única que cuenta.
Cual es mi sorpresa cuando ayer mismo, esta misma persona, me trajp a casa una cajica de 6 de este vino. Es entonces cuando me acuerdo del artículo y sin mayor dilación me dispongo a catarlo nuevamente. Esta vez por sí mismo y sin compararlo con ningún otro.
SAMITIER ROBLE 2011
BODEGAS AUGUSTA BILBILIS, en Mara (Calatayud)
DOP CALATAYUD
Variedad: Garnacha Tinta.
Como dato: el 2009 fue Bacchus de Oro 2013 y Zarcillo de oro 2013 y este Roble 2011 ha sido medalla de Oro en el concurso de garnachas del mundo 2014.
Es un vino con un color rojo picota espectacular, muy brillante, atractivo y muy limpio.
Es elegante en nariz, mucha fruta roja, frambuesa, mezclada con frutas negras maduras y toques balsámicos.
Aparece ese monte bajo tan característico, romero, regaliz....que ensambla perfectamente con su crianza en madera. Es como si te limpiara la boca y te animara a seguir. Es un vino muy jugoso, redondo, goloso y muy frutal. Aconsejo servirlo fresquito. Sencillo y fácil de beber.
(¡¡¡Ojo, sencillo y fácil de beber!!!) .
Ferrán Centelles, salvo error el que fuera sumiller del Bulli, ya lo definió como un bombón de vino.
Es una Garnacha centenaria a la par que moderna, que para entenderla tenemos que entender que la uva se recoge en situaciones extremas, en viñedos entre 650 y 1000 metros de altitud, según nos comentó nuestro buen amigo Ismael Ardid. Es una bodega que encaja en la definición de artesanal, joven (fundada en el 2006), con pocas barricas y cuyo control de la temperatura es natural, sabiendo que la excavación baja hasta 15 metros bajo tierra.
Si no entramos en ulteriores comparaciones con otros vinos, pensando que cada uno tiene su propia personalidad, tengo que reconocer que ha sido un descubrimiento.
Gracias Begoña por tu insistencia.
"¿Qué tendré, madre, que el buen vino bien me sabe?"
Bss.
No hay comentarios:
Publicar un comentario